"La significación política y moral del pensar no aparece más que en los raros momentos de la historia en que "todo se desmorona, el centro no puede ya ser el apoyo y la simple anarquía se esparce por el mundo", en que " los mejores no tienen ya convicción, mientras que los mediocres están repletos de una apasionada intensidad". En estos momentos cruciales, el pensar deja de ser un asunto marginal en las cuestiones políticas. Cuando todo el mundo queda atrapado sin reflexionar por lo que la mayoría hace y cree, aquellos que piensan se encuentran como descubiertos, porque su rechazo a unirse a los otros es patente y deviene entonces una suerte de acción.
Hannah Arendt, El pensar y las consideraciones morales.