miércoles, 11 de julio de 2018

   Había un hombre que estaba tan atemorizado de su sombra y le desagradaba tanto ver sus huellas que decidió escapar de ellas. Pero cuanto más rápido andaba, más huellas generaba, y por más que corría su sombra no lo abandonaba. De ello dedujo que era lo rápido que debía ser y corrió tanto como pudo sin descansar, y como consecuencia de ello perdió las fuerzas y murió. No era consciente de que si hubiese penetrado en la oscuridad se hubiese librado de su sombra y si hubiese permanecido quieto hubiera puesto fin a sus huellas ¡Oh, pobre loco! ...
   Humildemente ten cuidado de tu cuerpo. Preserva tu pureza natural. Deja a los otros el exterior. Así no te implicarás. Pues, por así decirlo, en vez de perfeccionarte tú mismo estás intentando perfeccionar a los otros, esto son cosas exteriores...
   El auténtico dolor es un lamento silencioso. La auténtica ira atemoriza sin expresión. La auténtica amistad va al unísono sin ayuda de sonrisas. Nuestras emociones dependen de la pureza original que hay en nosotros.


   Chuang Tzu.