Despedazada por el viento.
No vine a esperar
ni a desesperar
ni a medrar en un huerto caníbal
ni a mirar cómo se deshojan las
sombras
sin rozarlas.
Vine a planear sobre selvas
y a convertirme en lluvia,
vine a ser despedazada por el
viento.
No me llamaron
para ejercer de juez.
Vine a ser construida
por la aguja del tiempo,
vine por la luna, la lumbre, la danza,
he venido a avivar
la hoguera
de lo eterno e incierto.
No vine a tener,
ni a ser.
Déborah Puig-Pey Stiefel.