"No, no es por un crimen por lo que nos condenan a muerte, es por lo que aquí se ha dicho en todos los tonos: nos condenan a muerte por la anarquía, y puesto que se nos condena por nuestros principios, yo grito bien fuerte: ¡soy anarquista! Les desprecio, desprecio su orden, sus leyes, su fuerza, su autoridad. ¡Ahórquenme!.
Louis Lingg.
(Fragmento del discurso que Lingg pronunció delante del tribunal que lo condenó a muerte junto a otros siete obreros. Tras los sucesos de la Plaza de Haymarket. Chicago. 1886. Origen del banalizado 1º de mayo de nuestros días y noches... )